viernes, 2 de enero de 2015

Un músico entre épocas


El pasado 28 de diciembre nos dejó Leopoldo Federico. Mucho se ha escrito en estos días acercando una semblanza del gran músico desaparecido. Prácticamente todos coinciden en no dejar de señalar que unía a sus distinguidas condiciones de ejecutante la de una formidable calidad de persona logrando una amalgama entre ambas de consenso unánime.  Nacido en 1927, en nuestra ciudad, de jovencito había iniciado su carrera ingresando a la orquesta de Juan Carlos Cobián, en 1944; luego a las de Alfredo Gobbi y a la de Víctor De Mario, para, posteriormente, recalar, como bandoneonista, incorporándose a la fila de fueyes del notable Osmar Maderna. Desde entonces formó parte de la gran mayoría de las formaciones orquestales -por caso la de Astor Piazzolla, de 1944- incursionando, asimismo, en tríos o en acompañamientos de vocalistas.
Con la partida de Leopoldo Federico se entorna aún más la ventana que mira al muelle del que partieron las legendarias orquestas, intérpretes y vocalistas de la irrepetible década del '40. Y del que podía dar testimonio, tanto histórico como musical, de aquellas orquestas y de sus músicos.
Dotado de una particular concepción sobre la evolución del tango, buscó y participó de su renovación integrando las agrupaciones más representativas del movimiento renovador como de aquellas formaciones legendarias como la del maestro Carlos Di Sarli, del que siempre guardó especiales consideraciones y recuerdos. También, como compositor se destacó como un músico de entre épocas: leal a los orígenes pero sensible a los nuevos tiempos que le tocó vivir en buena parte de su trayectoria. Diagonal gris, un tango de su autoría, en esta versión junto a Osvaldo Berlingieri y Fernando Cabarcos, padre, nos permite acercarnos a su sensibilidad.  
Durante años ejerció, además, la actividad gremial profesional en AADI bregando por el reconocimiento de los derechos del intérprete como, también, integrando su fueye y maestría a cuanto nuevo agrupamiento del nuevo tango se lo proponía. 
El video que acompañamos permite acceder a un Leopoldo Federico en plenitud, junto a Nicolás Ledesma en piano y Horacio Cabarcos, en contrabajo.