viernes, 12 de diciembre de 2014

Tango de una noche de verano


Después de la década del '50 la relación del cine con el tango fue abandonando, paulatinamente, el relato de historias -muchas veces de los orígenes del tango y de sus intérpretes- para tomar un perfil de documental.

En gran parte han servido tanto para homenajear a artistas, recrear sus obras, quedando como un archivo histórico-cultural. 

En "Tango de una noche de verano" se da una vuelta de tuerca al tema. Enfrenta al tango en clave de quienes pretenden reivindicar su paternidad. Atrapa tanto por la historia como por la inesperada y decisiva actuación del cantante Chino Laborde, el bandoneonista Pablo Greco y el guitarrista Diego Kvitko. Una revelación de un trío que hace recordar aquellos personajes del pasado que lograban un clima de entendimiento, complicidad y porteñidad genuina. Particularmente los de la década del '50. 

La historia es la excursión que emprenden los tres a Finlandia a verificar la tesis de que el tango nació en ese país y no en Argentina. Afirmación que Kaurismaki (el destacado director de cine finlandés) se empeña en demostrar y sostener al igual que un conjunto de intérpretes que ejecutan sus versiones tangueras.

Un recomendable documental dirigido por una alemana, en locaciones finlandesas y actuado destacadamente por tres músicos-actores argentinos. Lo de documental le cae al film porque en realidad no hubo nada guionado, como contaron los protagonistas en el estreno. "No sabían qué decir" (lo que lo hace todavía más enriquecedor) ni qué hacer. Cinematográficamente es una road movie. Así salió. 

Actualmente, sólo es posible verla en el Gaumont. Una perlita para disfrutar junto a tres porteños en Finlandia. 


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